Daño cardíaco desencadenado por la obstrucción abrupta del flujo sanguíneo a través de las arterias coronarias. Si el músculo cardíaco no recibe oxígeno durante un período suficiente de tiempo, ocurre la muerte del tejido, con la subsiguiente pérdida de función de las fibras de la zona afectada.

Sin un adecuado aporte de oxígeno las células musculares alimentadas por la arteria bloqueada comienzan a morir (infartarse). 

La causa es a menudo la arteriosclerosis que es el proceso que genera la aparición de placas de grasa u otros materiales en la pared arterial. Estas placas están recubiertas de un material fibrosos, el recubrimiento puede romperse permitiendo la liberación de fragmentos de la placa y la aparición de coágulos en su superficie que pudieran bloquear el vaso o a su vez fragmentarse y alojarse en arterias más pequeñas. 

Unos 30 minutos después de ser bloqueado el vaso, comienza a ocurrir daño irreversible en las células musculares. El objetivo del tratamiento es el de preservar la mayor cantidad de músculo sin daño irreversible y prevenir el dolor (el dolor provoca un aumento del trabajo del corazón y mayor riesgo de muerte para la célula cardíaca).