Vivir con esta enfermedad fue un reto, hoy me produce incertidumbre.
Todo comenzó a la edad de un (1) año por un virus que dejo secuelas en mi cuerpo de una enfermedad llamada poliomelitis (parálisis infantil) lo cual afectó mis miembros inferiores piernas y caderas.
Desde muy pequeña fui atendida en la clínica San Rafael en Maracaibo hasta que cumplí mis 18 años. A los tres (3) años de edad me adaptaron mis primeros aparatos ortopédicos bilaterales con cinturón pélvico y zapatos de pie derecho más alto que el izquierdo por tener la pierna derecha más corta que la otra, y mis dos (2) muletas. Dure poco tiempo usando esos aparatos porque debían operarme; sin embargo empecé a caminar agarrándome los pies con las manos, resultando en caderas abiertas y rodillas encogidas. Cuando apenas contaba con nueve (9) años me operaron caderas y piernas para estirar tendones, también me realizaron tratamientos de yeso, y algunas terapias. Muchos años después volvieron a colocarme aparatos.
Pese a todas mis limitaciones físicas, a la lucha de sentimientos de baja autoestima, rechazo de personas por mi condición, gracias a Dios conté siempre con el apoyo incondicional, motivación y afecto de toda mi familia.
Estudié una carrera técnica obteniendo mi título de TSU en Administración de empresas, trabajé en atención al público, he realizado cursos de canto y cuatro, porque me apasiona la música. También realizo trabajos de bisutería y bordados. Apoyo con un poco de dificultad en tareas de la casa, ya que mi hermana no se da abasto para la atención de mi madre que se encuentra en cama.
Mi urgencia y la necesidad que tengo de mis aparatos me obliga a pedir ayuda para así poder continuar movilizándome y desplazándome con mi propio esfuerzo. Mis aparatos actuales son pequeños, están dañados y me causan lesiones en ambas piernas por mi estatura y contextura. Vivir con esta enfermedad antes fue un reto y una enseñanza de vida, sin embargo hoy me produce incertidumbre porque este tipo de problemas ha sido penoso, doloroso y agotador. Pasar por esta situación es frustrante ya que mi familia no dispone de los recursos económicos para la compra del aparato antes mencionado.
Es por esto que hago un llamado y recurro ante la nobleza del corazón de ustedes para que evalúen la posibilidad de realizar dicha obra benéfica en mi favor, hoy estoy tocando puerta de bondad y corazones dispuestos a dar, confiando y creyendo en que Dios puede usarlos a ustedes para hacer mi milagro y obtener los aparatos que necesito con prontitud.
Contribuye a la salud de Morella.
- Morella del Valle requiere apoyo para realizar una protesis a su medida con un costo aproximado de $1,800 USD.
La información en esta página ha sido proporcionada e incluida con autorización previa de Morella del Valle Fornerino y con el único propósito de colectar fondos para ayudar a su situación. Para cualquier duda o aclaración por favor, escríbanos a través de nuestra sección de Contacto.
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Vivir con esta enfermedad fue un reto, hoy me produce incertidumbre.
Todo comenzó a la edad de un (1) año por un virus que dejo secuelas en mi cuerpo de una enfermedad llamada poliomelitis (parálisis infantil) lo cual afectó mis miembros inferiores piernas y caderas.
Desde muy pequeña fui atendida en la clínica San Rafael en Maracaibo hasta que cumplí mis 18 años. A los tres (3) años de edad me adaptaron mis primeros aparatos ortopédicos bilaterales con cinturón pélvico y zapatos de pie derecho más alto que el izquierdo por tener la pierna derecha más corta que la otra, y mis dos (2) muletas. Dure poco tiempo usando esos aparatos porque debían operarme; sin embargo empecé a caminar agarrándome los pies con las manos, resultando en caderas abiertas y rodillas encogidas. Cuando apenas contaba con nueve (9) años me operaron caderas y piernas para estirar tendones, también me realizaron tratamientos de yeso, y algunas terapias. Muchos años después volvieron a colocarme aparatos.
Pese a todas mis limitaciones físicas, a la lucha de sentimientos de baja autoestima, rechazo de personas por mi condición, gracias a Dios conté siempre con el apoyo incondicional, motivación y afecto de toda mi familia.
Estudié una carrera técnica obteniendo mi título de TSU en Administración de empresas, trabajé en atención al público, he realizado cursos de canto y cuatro, porque me apasiona la música. También realizo trabajos de bisutería y bordados. Apoyo con un poco de dificultad en tareas de la casa, ya que mi hermana no se da abasto para la atención de mi madre que se encuentra en cama.
Mi urgencia y la necesidad que tengo de mis aparatos me obliga a pedir ayuda para así poder continuar movilizándome y desplazándome con mi propio esfuerzo. Mis aparatos actuales son pequeños, están dañados y me causan lesiones en ambas piernas por mi estatura y contextura. Vivir con esta enfermedad antes fue un reto y una enseñanza de vida, sin embargo hoy me produce incertidumbre porque este tipo de problemas ha sido penoso, doloroso y agotador. Pasar por esta situación es frustrante ya que mi familia no dispone de los recursos económicos para la compra del aparato antes mencionado.
Es por esto que hago un llamado y recurro ante la nobleza del corazón de ustedes para que evalúen la posibilidad de realizar dicha obra benéfica en mi favor, hoy estoy tocando puerta de bondad y corazones dispuestos a dar, confiando y creyendo en que Dios puede usarlos a ustedes para hacer mi milagro y obtener los aparatos que necesito con prontitud.